Elegir las Alianzas de Boda: Un Mundo de Posibilidades
Cuando llega el momento de elegir las alianzas de boda, te adentras en un universo lleno de opciones, que cada año se enriquece más en calidad, diseño, materiales y colores.
Hoy en día, ya no es necesario que ambos novios lleven el mismo modelo de alianza. Con tantas opciones disponibles, la decisión se basa más en los gustos personales de cada uno que en las tradiciones. La variedad de estilos y materiales permite que cada pareja encuentre la pieza que mejor los represente.
De hecho, el mismo modelo de alianza puede ofrecerse en diferentes combinaciones de colores. Si a uno de los novios le atrae más el oro amarillo, puede elegir un diseño donde este color sea el protagonista, mientras que si al otro le gusta el oro blanco, puede optar por la misma pieza, pero con un predominio de blanco.
Además, las alianzas pueden ser personalizadas según las preferencias de cada uno. Para ella, se puede optar por un diseño con piedras preciosas que añadan brillo y sofisticación, mientras que para él, puede elegirse una versión más sencilla, lisa y elegante. Lo importante es que cada alianza sea un reflejo de la personalidad de quien la llevará.
Otro aspecto clave a considerar es el ancho de las alianzas. Estas piezas también se fabrican en diferentes anchos, y es fundamental elegir el que mejor se adapte al tamaño de los dedos. Las alianzas pueden variar desde 3 mm hasta 7 mm de ancho, y es importante recordar que los tamaños de los dedos varían de una persona a otra. Por ejemplo, en general, los hombres tienden a tener dedos más anchos que las mujeres, por lo que lo que le queda bien a ella podría no ser tan adecuado para él, y viceversa.
En resumen, lo esencial es elegir una alianza que no solo se vea bien, sino que también se sienta cómoda y se ajuste a la perfección a tu estilo y personalidad.

Las Alianzas de Boda y los Materiales: Todo lo que Necesitas Saber
Comencemos por lo básico.
Las alianzas de boda suelen ser de oro de ley, lo que significa que están hechas principalmente de oro de 18 quilates (kt), es decir, 750 milésimas de oro puro. Aunque el oro puro es el de 24 quilates (kt), no se utiliza en joyería para las alianzas, ya que es un material demasiado blando para darle la forma adecuada. Para hacerlo más resistente y fácil de trabajar, el oro de 24 kt se mezcla con otros metales como cobre, paladio y plata.
Es importante tener en cuenta que el oro puro (24 kt) solo existe en lingotes. Si alguien te dice que una pieza está hecha de oro de 24 quilates, ¡desconfía! Lo más seguro es que se trate de una pieza con una menor proporción de oro puro.
En la actualidad, también están ganando popularidad las alianzas de oro con menos quilates. Estas piezas contienen menos oro puro y más de otros metales, lo que las hace más asequibles sin sacrificar calidad. A continuación, te mostramos cómo se distribuye el oro en las piezas según su quilataje:
24 quilates: 100% oro (999 milésimas)
22 quilates: 91,7% oro (917 milésimas)
18 quilates: 75% oro (750 milésimas)
14 quilates: 58,3% oro (583 milésimas)
12 quilates: 50% oro (500 milésimas)
10 quilates: 41,7% oro (417 milésimas)
9 quilates: 37,5% oro (375 milésimas)
Los Colores del Oro: ¿Cómo se Consiguen?
Ahora, uno de los aspectos más interesantes a la hora de elegir las alianzas es el color del oro. Es importante aclarar que el oro, por naturaleza, es amarillo. No es blanco, ni rosado, ni cobrizo.
Para que el oro adquiera otros tonos, se debe mezclar con diferentes metales. Por ejemplo, para obtener oro blanco, se mezcla con paladio y plata, y para el oro rosa, se añade más cobre. A continuación, te detallamos cómo se componen las principales aleaciones de oro de 18 quilates (750 milésimas) y los colores resultantes:
Oro Amarillo: 750 gr. de oro + 125 gr. de plata + 125 gr. de cobre
Oro Rosa: 750 gr. de oro + 50 gr. de plata + 200 gr. de cobre
Oro Blanco: 750 gr. de oro + entre 100 gr. y 160 gr. de paladio + el resto de plata
Cada combinación de metales crea un color único que define el estilo de la pieza. El oro blanco es muy popular por su elegancia, mientras que el oro rosa ha ganado mucha popularidad por su toque moderno y romántico.
♦ Oro Amarillo: La Esencia del Oro
El oro amarillo es el color original del oro, su tonalidad más pura y clásica. Es el tono que probablemente te traiga a la mente recuerdos muy especiales, como la medalla de la comunión, la alianza o sortija de tu madre, o el sello de tu padre. Son piezas que, con el paso del tiempo, se convierten en auténticos símbolos de cariño y tradición.
Lo fascinante del oro amarillo es que, incluso después de años, esas piezas siguen luciendo como el primer día. Este material es altamente resistente y, además, requiere muy poco mantenimiento. Su belleza atemporal no pierde su brillo, lo que lo convierte en una opción perfecta para quienes buscan una joya que dure toda la vida.

Consejo de Limpieza para tus Joyas de Oro
Una forma sencilla y económica de limpiar tus piezas de oro es utilizando un cepillo de dientes que ya no uses. Las cerdas suaves y flexibles son perfectas para evitar rayaduras en la superficie del oro. Solo necesitas combinarlo con un limpiador antigrasas (el mismo que usas para lavar los platos) y un poco de agua tibia. Frota suavemente la joya por todas sus partes, asegurándote de eliminar cualquier suciedad acumulada. Luego, enjuaga bien con agua limpia.
Para darle el toque final, sécala con un secador de pelo en su configuración fría, asegurándote de que no quede humedad. Después, usa una balleta de microfibra suave para pulir la pieza y devolverle su brillo natural.
Precaución: Si la joya tiene piedras engastadas, especialmente si cuenta con garras, ten mucho cuidado al limpiarla. Las garras pueden engancharse y abrirse, lo que podría hacer que la piedra se caiga. Si notas alguna garra suelta, lo mejor es llevar la pieza a un profesional para asegurarte de que la piedra esté segura.
♦ Oro Blanco: Elegancia y Brillo
El oro blanco es uno de los colores más populares en la joyería moderna, especialmente para alianzas, sortijas, pendientes y otras piezas sofisticadas. Su color refinado y brillante resalta de manera única las piedras preciosas, en particular los diamantes, dándoles un brillo espectacular.
Para lograr el oro blanco, se mezcla el oro amarillo con paladio y plata. Esta combinación crea un tono blanco-amarillento que es elegante y sutil, ofreciendo un acabado brillante y sofisticado. Es un material muy apreciado por su capacidad para complementar a la perfección las piedras engastadas, realzando su belleza natural.

El Baño de Rodio: El Secreto del Brillo del Oro Blanco
A simple vista, el oro blanco puede parecer algo opaco o incluso poco atractivo, pero lo que le da ese acabado brillante y sofisticado es el pulido final y el baño de rodio al que se somete. Este proceso elimina cualquier imperfección, rayaduras o restos del material, y es lo que realmente hace que el oro blanco brille con ese resplandor único.
El baño de rodio no solo se aplica al oro blanco; también se utiliza en piezas de plata para darle un acabado similar al del oro blanco, logrando un tono blanco y brillante muy apreciado en la joyería.
Es importante saber que, con el tiempo y el uso, este baño de rodio puede desgastarse, y la pieza puede perder parte de su brillo. ¡No te preocupes! Es un proceso completamente reversible. Solo necesitas llevar la joya a tu joyero de confianza, quien podrá pulirla y volver a aplicarle el baño de rodio. Este servicio es sencillo y económico, y hará que tu pieza recupere todo su esplendor.
Este cuidado es aplicable a todas las joyas, tanto de oro como de plata, que han sido tratadas con rodio.
♦ Oro Rosa: Elegancia y Modernidad
El oro rosa, con su tono rosáceo o cobrizo, ha ganado una enorme popularidad en la joyería en los últimos años. Aunque por sí solo no es tan demandado como otros colores, debido a que se asemeja bastante al tono natural de la piel y no resalta tanto, su verdadera magia ocurre cuando se combina con otros metales, como el oro blanco.
Al unir el oro rosa con el oro blanco, se crea una pieza vibrante y moderna, que aporta un toque juvenil y sofisticado. Esta mezcla es ideal para quienes buscan algo diferente a la combinación clásica de oro blanco y amarillo, ya que ofrece un look fresco y elegante, perfecto para todo tipo de joyas.

Consejo de Estilo: El Oro Rosa y su Impacto Visual
Al elegir una pieza que combine oro rosa, hay un detalle que podréis notar. Si comparáis una misma alianza con los colores invertidos (BL-RO-BL vs RO-BL-RO), veréis que cuando el oro rosa se encuentra en los laterales, la pieza tiende a parecer más pequeña. Esto ocurre porque el oro blanco resalta más, creando un contraste que hace que el oro rosa, al ser un tono más cercano al color de la piel, no destaque tanto.
Por otro lado, si el oro rosa está en el centro y el oro blanco en los laterales, la pieza tendrá una apariencia más grande, ya que el oro rosa atraerá más la atención, haciendo que el diseño parezca más amplio y llamativo.
La decisión de cuál opción elegir depende completamente de vuestro gusto personal. Si preferís que el oro rosa sea el protagonista o que pase más desapercibido, la elección será vuestra.
Plata: Una Alternativa Económica y Elegante
¿Qué podemos decir de la plata? En la actualidad, es una de las mejores opciones para quienes buscan calidad a un precio más accesible. Muchas de las piezas originalmente diseñadas en oro también están disponibles en plata, ofreciendo un acabado similar al del oro blanco, lo que les da una gran vistosidad.
Ventajas de elegir la plata: La principal ventaja es, sin duda, el ahorro. Una pieza de plata puede llegar a ser hasta un 80% más económica que la misma pieza en oro. Además, si te gusta el aspecto del oro blanco, la plata es una excelente opción, ya que mantiene su color blanco natural con el paso del tiempo.
Sin embargo, es importante recordar que la plata es un material más blando que el oro, lo que significa que, aunque su apariencia es hermosa, las piezas de plata tienden a perder durabilidad con el uso prolongado. Con el tiempo, podrían necesitar más cuidados y mantenimiento que las piezas de oro.

Platino: Fuerza, Belleza y Excepcionalidad
El platino es el metal más fuerte que existe, y su color natural es el blanco, que nunca pierde su intensidad. Reconocido por su durabilidad, es el metal por excelencia y el acompañante perfecto para los diamantes, ya que resalta su brillo de manera incomparable. Además, el platino es inalterable, fuerte y consistente, lo que lo convierte en una elección ideal para joyas de alta gama.
Aunque el oro ha ganado popularidad en los últimos años e incluso ha superado al platino en precio en algunas ocasiones, las piezas de platino siguen siendo más caras debido a que se utiliza una mayor cantidad de platino puro en su fabricación, a diferencia del oro, que debe ser combinado con otros metales para darle la forma deseada, lo que reduce su costo.
Sin embargo, el platino tiene un pequeño inconveniente: debido a su gran dureza, no se puede modificar fácilmente. Si con el paso del tiempo necesitas ajustar el tamaño de alguna pieza de platino, como agrandarla o reducirla, no será posible. En este caso, tendrás que entregar la joya para su valoración y, si es necesario, adquirir una nueva pieza de platino a la medida adecuada.

Qué material elegir
|
¡Lo que DEBES Saber!
Oro 18K:
√ Versatilidad en colores y diseños.
X Necesita mantenimiento (especialmente el oro blanco).
Pro Tip: Combínalo con piedras como diamantes para un look elegante.
Platino:
√ Inmutable (no pierde color) y súper resistente.
X Precio elevado y no se puede ajustar.
Pro Tip: Perfecto si buscas un metal hipoalergénico y exclusivo.
Plata:
√ Accesible y trendy para looks casuales.
X Poca durabilidad y se ennegrece.
Pro Tip: Guárdala en bolsitas anti-humedad para mantener su brillo.
Si priorizas lujo y durabilidad: Platino.
Si quieres equilibrio entre precio y calidad: Oro 18K.
Si buscas ahorrar o probar estilos: Plata.
Diamantes: Cómo Entender la Diferencia entre un Diamante y un Brillante
Uno de los errores más comunes al comprar diamantes es confundir los términos "diamante" y "brillante". Aunque a menudo se usan de manera intercambiable, es importante entender que no son lo mismo.
El diamante es la piedra preciosa en su forma natural, una de las más duras y valiosas de la Tierra. El brillante, en cambio, hace referencia a un tipo de talla que se le da al diamante. Es decir, un brillante es un diamante que ha sido cortado en una forma específica, generalmente redonda, para maximizar su brillo.
Los diamantes pueden presentarse en diversas formas de talla, que afectan tanto su apariencia como su valor. Algunas de las tallas más populares incluyen:
Talla Brillante: La forma más conocida y popular. Es redonda y tiene 58 facetas que permiten que la luz se refleje de manera espectacular, ofreciendo un brillo único.
Talla Princesa: Una forma cuadrada con bordes afilados. Es una opción moderna y elegante, perfecta para quienes buscan algo diferente.
Talla Baguette: Una talla rectangular, generalmente más alargada, que puede ser utilizada como piedra central o como acompañante en un diseño de varias piedras.
Talla Corazón: Ideal para quienes buscan un toque romántico. Esta forma es menos común pero altamente distintiva, perfecta para anillos de compromiso.
En resumen, el diamante es la piedra preciosa, y la talla del diamante es lo que define su forma. El corte y la talla son esenciales no solo para la apariencia, sino también para la calidad del diamante, ya que afectan cómo se refleja la luz y, por ende, su brillo y belleza.
A continuación, te mostramos algunos de los tipos de talla más populares para diamantes, que pueden ayudarte a elegir el estilo que mejor se adapte a tus gustos y preferencias.

Los diamantes brillan con todo su esplendor en piezas de color blanco, ya que este contraste permite que su luz se refleje de manera más intensa, realzando su belleza y haciendo que su destello sea aún más impresionante. Lo mismo ocurre con otras piedras preciosas, como las esmeraldas, rubíes y zafiros, que también destacan más cuando se engastan en metales de tonos claros.
Si estáis considerando elegir una pieza bicolor y planeáis engastar una piedra preciosa, mi consejo es que optéis por colocarlas siempre en la zona donde predomine el metal blanco. Esta elección no solo resaltará la piedra, sino que la hará brillar de manera aún más espectacular, creando un contraste elegante y sofisticado.
Piezas Bicolores: La Tendencia que No Puedes Ignorar
En los últimos años, las piezas bicolores se han convertido en una de las tendencias más populares en joyería. Su gran ventaja es que se adaptan fácilmente a diferentes estilos y gustos, permitiendo que se combinen con casi cualquier tipo de accesorio.
Imagina, por ejemplo, a alguien que prefiere el color plata sobre el dorado. Si esta persona opta por una alianza de oro amarillo pero sus otros accesorios son principalmente de tonos plateados (como plata o acero), la alianza podría no combinar perfectamente con el resto de sus joyas.
Sin embargo, si elige una pieza bicolor, que combina el blanco (su color favorito) con tonos de oro amarillo o oro rosa, la pieza ganará protagonismo y se integrará de forma mucho más armónica con los demás accesorios, creando un look equilibrado y elegante. Las piezas bicolores no solo ofrecen versatilidad, sino que también aportan un toque moderno y sofisticado a cualquier estilo.

Después de todo lo que hemos visto, ahora ya tenéis una idea más clara sobre qué tipo de alianzas elegir. Es importante recordar que, aunque las tendencias cambian, los modelos sencillos y clásicos son los que realmente perduran en el tiempo. Dentro de 10, 20 o incluso 30 años, os seguirá gustando ver esa alianza en vuestro dedo, porque será intemporal. Lo que hoy es moderno, puede perder su atractivo con el paso de los años, pero una alianza clásica siempre será un símbolo de amor y elegancia, sin importar la época. ¡Aseguraos de elegir algo que, en el futuro, os siga emocionando tanto como el primer día!
Expoboda.es no se hace responsable de las imágenes, textos y contenidos que las empresas anunciadas publican y exponen en el portal www.expoboda.es, siendo ellas las únicas responsables de dicho contenido.